Namibia en 15 días: en este blog queremos compartir con vosotros nuestro viaje a Namibia para daros breves consejos y opiniones de lo que ha sido nuestra experiencia en este maravilloso país. En él encontrareis hoteles en Namibia y algunos restaurantes de Namibia.


miércoles, 25 de noviembre de 2009

8) Los Himba (Opuwo) y Epupa falls

Opuwo es la ciudad más pobre que hemos visitado. No es peligrosa, así que salimos cámara en mano por ella. Y la ilusión llenaba todas las tiendas con los más disparatados cartelones anunciando sus servicios. Este paseo fue de las experiencias más genuinas que vivimos en Namibia. Eso sí, esta área bañada por el Kunene tiene riesgo de malaria. En nuestro verano (su invierno) el riesgo es bajo, de hecho nosotros no tomamos el malarone, pero si nos vestimos cubiertos de pies a cabeza y con una buena dosis de repelente, por si las moscas.

En Opuwo visitamos a los himba, indígenas que cubren su cuerpo (y su ropa) con arcilla roja, mezcla de barro y mantequilla de vaca. Desprenden un olor fuerte, perfumado de mantequilla e hierbas aromáticas, que algunos turistas sintetizaban erróneamente como olor a establo.



A través del peinado se distingue edad y condición marital de este pueblo. Para visitar los poblados es necesario acompañarse de guía y hacer acopio de alimentos para regalar a la tribu. Es más bien parte del circo, de recordar el pasado, pues en realidad los himba hacen uso del dinero y los veréis en el supermercado. De hecho no mostraran sorpresa al ver dulces o globos, aunque serán bienvenidos. Gastad lo que os recomiende la guía pero reservad dinero para los souvenirs que comprareis en el campamento. Al menos en el nuestro apenas llegabas las jóvenes te regalaban una pulsera y, al aceptarla, te convertías en su amigo. Este gesto implicaba que posteriormente en el mercadillo que improvisan tú compraras souvernirs de su puesto.



Nuestra guía, Queen Elisabeth, grande y certera como un barco, nos ha ayudado a conocer su cultura más de cerca de una manera muy natural. Respecto a los precios que te ofrecen los lodge para visitar Himba y Epupa falls, los guías locales son una ganga. En nuestro lodge, Opuwo Country Hotel, nos pedían 800N$ por persona para la visita combo, mientras que Queen Elisabeth nos ha hecho pagar menos de esa cifra para llevarnos a ambos a las dos visitas. Eso sí, Queen Elisabeth siempre que podía se ponía a hacer business embaucando a más turistas para que nos acompañaran, vendiendo sus souvenirs aquí y allá, es decir, los ritmos los marcaba ella, pero en una visita en grupo también habría habido tiempos muertos de organizar a varias personas, por lo que quedamos muy satisfechos. Eso sí, a nosotros nos cayó la noche en nuestra vuelta de Epupa Falls. Por ello, recomendamos iniciar las visitas a las 10 como muy tarde para antes de las 12.00 ir hacia Epupa Falls.

Las cataratas de Epupa son hermosas pero pequeñas, por lo que puede resultar una decepción. Es hermoso ver cómo se transforma el paisaje, de una aridez extrema a la frondosa rivera de las hoces de Epupa. El arco iris enmarca las cataratas, lo que, después del desierto, da la impresión de haber llegado a la meta, ser campeón de algo. Además tienen la belleza dramática de unas cataratas que serán sacrificas para producir electricidad en el plazo de un año o dos. Como curiosidad mencionar que justo desafiando el precipicio hay un árbol de corteza gruesa en la que varios nombres han sido gravados. Queen Elisabeth nos comentó que son los muertos que han caído al precipicio. Nosotros creemos que son nombres de enamorados…como sea, es una imagen hermosa. En las aguas del río y en sus orillas hay cocodrilos, por lo que ¡ojo con bajar hacia el río!



Opuwo Country Hotel: su lujo ofrece un fuerte contraste con la pobreza de la ciudad. De hecho esta vigilado por una caseta que controla los nombres de los huéspedes siempre que entran y que da la impresión, falsa, de que la ciudad sea peligrosa. El hotel es hermoso y tiene la única piscina que de verdad te invitaba a usarla. Esta situado en el alto de una colina y ofrece una hermosa vista, sobretodo sumergido en las aguas de la piscina. En este hotel incluso te pedían que fueras tú quien pasase la tarjeta de crédito por la máquina.

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